jueves, 20 de mayo de 2010

¡Un país más seguro, depende de una educación de calidad!!!.


A propósito, ahora que nuestros legisladores recién aprobaron una reforma constitucional, para que el presupuesto destinado a educación, pase de ser un 6%, a ser un 8% del Producto Interno Bruto (PIB). Lo cual, resulta sumamente satisfactorio, ya que: Dicho aumento vendría a solventar múltiples necesidades en la materia, bueno… Si se administra correctamente, que… Eso es lo que esperamos todos los ciudadanos. Considero sumamente importante, que efectuemos un alto en el camino, una pausa en nuestro quehacer diario, y analicemos un tema fundamental para el bienestar de la sociedad, ¿a qué tema me refiero? Nada más y nada menos que a uno del que se habla mucho, este es: ¡Añoramos un país seguro!!!, pero… ¿Recibimos una educación de calidad?.
Si, exactamente, un país seguro no depende solamente de: Que hayan muchos policías y patrullas en las calles, tampoco está exclusivamente en que las penas por los diferentes delitos sean elevadas, el asunto va más allá, necesitamos una buena educación, una educación de calidad.
Ah, un momento, debemos tener cuidado, una educación de calidad no radica en: Mantener a los estudiantes una alta cantidad de horas encerrados en las aulas, recetarles la elaboración de trabajos enormes, así como gigantescas cantidades de materia a evaluar en exámenes, al punto de restarles tiempo para otras actividades esenciales del ser humano, como lo son: El descanso y el compartir en familia.
Si nuestros educadores creen que al asumir la actitud descrita en el párrafo anterior, están colaborando con la formación de mejores ciudadanos, y por ende con la construcción de una nación más segura. Lamento comunicarles que están muy equivocados, no es tratando al ser humano como si fuera una máquina almacenadora de información, no es tratando a las personas como una máquina de producción o achacándoles a los estudiantes la totalidad de la responsabilidad al respecto, que se logra el objetivo, no, no es así, la tarea es compartida, y vale destacar que es compartida en tres partes: Familia, educador, educando.
Esa es la realidad, estimadísimos amigos / lectores, nada se gana con decir que: Queremos una Costa Rica más segura, si no brindamos, ni recibimos una buena educación. Para que ello sea una realidad, debemos preocuparnos y proponernos seriamente alcanzar la meta.
Seamos claros, dejemos de ocultar la verdad y díganme ustedes, ¿de qué sirve que Itzel y Christopher sepan mucho de matemática, de química, de biología y filosofía, si no se les inculca valores como la responsabilidad, el respeto y la solidaridad?, ¿de que sirve que el Estado destine un porcentaje determinado de dinero a la educación, si tal porcentaje no se administra ni se invierte correctamente?, ¿Qué utilidad tiene que los estudiantes se preocupen por estudiar y por cumplir con los trabajos que se les asigna, si los profesores no hacen el más mínimo esfuerzo por llevar a cabo su labor de la mejor manera posible?, y finalmente, es inútil que los maestros pongan totalmente de su parte, si la familia no lo hace.
Mi gente, todo es un complemento de todo, si en verdad deseamos vivir en una Costa Rica en la que reine la paz, en la que reine la justicia, y no la violencia e injusticia. Entonces, ha llegado el momento de que el sistema formativo retome y fortalezca los valores que por desgracia hemos ido perdiendo, pérdida cuyo único fruto ha sido: Individuos inconscientes, interesados en el bien individual y no en el bien común.
Basta ya de que seamos tratados como máquinas almacenadoras de datos, no más trato como máquinas de producción, no más violencia. Anhelamos que gobiernen: La educación, los principios, la justicia y la paz.

Seja o primeiro a comentar

Publicar un comentario

Powered By Blogger

Prohibido las excusas... © 2008. Template by Dicas Blogger.

TOPO