lunes, 17 de mayo de 2010

Negociando lo innegociable

No me alcanzan las palabras para describir el dolor que siento al saber que: El amor que sienten algunos por el dinero, es tal que… Los lleva a importarles un rábano su dignidad, y consecuentemente la de los demás. Pero eso no es todo, lo que más me duele, es que en nuestro país no exista ningún tipo de ley que frene esta clase de negocios tan vulgar. Y… ¿A qué me refiero exactamente?, nada más y nada menos que al tema del negocio de los vientres de alquiler.
Dejemos de creer en lo que nos dicen los promotores de este irreverente negocio, no hay ningún motivo que lo justifique, ni tan si quiera el hecho de decir que es una alternativa para las parejas que debido a un problema de esterilidad no pueden tener hijos, no, ni siquiera en esos casos se justifica.
Reconozcamos, el ser humano no es un objeto, no es un producto que lo puedo comprar y vender a mi antojo, ¿acaso nuestra existencia se debe a que los marcianos nos fabricaron y vinieron en una nave a tirarnos a la tierra?, ¿verdad que no?, nuestra vida se la debemos al infinito amor de un Ser Supremo que nos creó, se la debemos al Creador Universal, al cual debemos respetar, la muestra más directa de respeto hacia él, es respetarnos a nosotros mismos.
Por otro lado, hay más aspectos a tomar en cuenta, entre los que está: Las repercusiones psicológicas que puede tener el hecho de albergar una nueva vida en el vientre durante 9 meses, y saber que por cumplido ese período, hay que entregárselo a otra persona, ya que no le pertenece. Ah, no crean que es preocupante solo por pensar en quien dio a luz, sino que también por el niño que nace.
Exactamente, no estoy exagerando, díganme ustedes, mujeres que me honran con visitar Prohibido las excusas, ¿estarían dispuestas a alquilar su vientre?, ¿estarían dispuestas a entregar a un bebé, después de haber sido ustedes las que sintieron sus movimientos y vivieron las emociones de su desarrollo?, ¿dónde queda el amor que naturalmente sentimos nosotras por esa nueva creatura?, ¿Cómo atrevernos a romper el vínculo que existió durante esos 9 meses entre ambas partes?, ni todo el dinero del mundo, constituye una razón para convertir al ser humano en un producto comercializable. Ante la esterilidad, la solución es la adopción.
De ahí que: Por nuestro bien, y por el bien de los dueños del futuro, es decir, por el bien de los niños, ¡unámonos para expresar un vehemente no a la comercialización del ser humano!!!, ¡unámonos para manifestar un vehemente no al negocio de los vientres de alquiler!!!.

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