¿Dónde queda la regulación en cuanto a velocidad para los vehículos pesados?.

Lamentablemente, los accidentes de tránsito se han vuelto asunto de todos los días, y con ello, desafortunadamente la muerte de una gran cantidad de personas también, para comprobarlo, basta con sacar el rato para prestarle atención a los diversos medios de comunicación, no hay día en que no se de a conocer un accidente. Según las autoridades de tránsito, la inmensa mayoría de los percances se debe al exceso de velocidad en primer lugar, seguido a la conducción bajo los efectos del alcohol, así como a los desperfectos mecánicos y otras causas. Pero esto no es todo, además las autoridades de tránsito afirman que en muchas ocasiones los responsables de los incidentes son los conductores de los vehículos pesados. Es ahí donde surge una de las grandes interrogantes: ¿Por qué razón los conductores de vehículos pesados acostumbran circular a altísimas velocidades?, lectores (amigos y amigas), asombrosamente y según las vivencias diarias, la respuesta a esta pregunta pareciera encontrarse en… La necesidad de sentirse superiores, en la necesidad de mostrarse ante los demás conductores como los dueños y señores de las carreteras y autopistas, necesidad que pone en peligro la vida de todos los habitantes.

A decir verdad, resulta inaceptable dicha situación, ¿cómo puede ser posible que gracias a los choferes irreverentes se encuentra en juego la vida de toda la población?, es increíble que circulen en la ciudad a enormes velocidades, como si fuera que andan en plena autopista, ¿cómo es posible que en lugar de ser los vehículos quienes den paso a los peatones, seamos los peatones quienes tenemos que dar paso a los vehículos?, ¿qué pasa?, perdón si lo que voy a decir les suena fuerte pero… Ante todo me gusta ser sincera, cuando ando por la ciudad y observo choferes circulando a altas velocidades, me nacen dos preguntas más, ¿a qué se debe semejante actitud tan egoísta?, si, es una actitud egoísta, en tanto no se analiza el daño que se le puede causar a quienes están alrededor, además, quienes acostumbran exceder la velocidad se han cuestionado alguna vez… ¿Cuál sería su reacción si un ser querido, llámese mamá, papá, hermano, hermana, amigo, amiga, etc, pierde la vida en un accidente y poco después se enteran de que dicho accidente se dio única y exclusivamente gracias al exceso de velocidad al que se desplazaba el conductor de un vehículo pesado?.

Ah… Pero el asunto no queda ahí, como se dice popularmente, la o más bien las preguntas del millón las dirijo a las autoridades de tránsito:

-¿Dónde queda la regulación en cuanto a velocidad para los vehículos pesados?.

-¿Cuántas muertes más hacen falta para hacer algo al respecto?.

Ante tan oscuro panorama, el cual se encuentra invadido de interrogantes pero falto de respuestas, invito a todos y todas a hacer consciencia y antes de actuar de una u otra manera, analizar las consecuencias que se puedan originar, sé que lo he expresado en varias oportunidades pero lo repetiré cuantas veces lo considere necesario: El ser humano fue creado para convivir en sociedad y no en aislamiento, por tanto nos debemos respeto los unos a los otros, respetemos no únicamente nuestra propia vida, sino que también la de quienes nos rodean, no nos dejemos llevar por las emociones o impulsos, no nos dejemos dominar por la “necesidad” de sentirnos superiores, por el querer demostrar que se es el mejor conductor o que se tiene el mejor vehículo y creérselas dueño y señor de las carreteras y autopistas, es indispensable recordar que ya por ocasionar una tragedia es demasiado tarde para arrepentirse, el arrepentimiento no le devuelve la vida a nadie, al igual invito a las autoridades de tránsito a ser sumamente estrictos en lo que a velocidad se refiere, no solo con los conductores de vehículos livianos, sino también con los de vehículos pesados, ya que los segundos son quienes más provocan accidentes, y no resulta agradable que gracias a la imprudencia de los choferes y gracias a la falta de verdaderas sanciones por parte de las autoridades competentes las muertes en carretera continúen en aumento.