¡Irónico!!!, actuamos por obligación y no por convicción.

Lectores, hace unos pocos días, los legisladores costarricenses aprobaron una ley que vendría a obligar a los habitantes a hacerse responsables de los desechos que generen. Dicha ley, pretende realmente incentivar el reciclaje (la reutilización de lo que solemos llamar basura pero que no lo es). Sin embargo, aunque reconocemos que… El reciclaje constituye la alternativa ideal para la conservación del planeta, para proteger el medio ambiente. No podemos ocultar el dolor que nos produce la aprobación de dicha ley.
Pero… ¿Por qué, nos duele la aprobación de una ley que promueve algo que consideramos positivo? La respuesta es extremadamente sencilla, nos duele saber que: No solo para obtener justicia requerimos de leyes que nos respalden, sino que también para ejecutar acciones que nos beneficien a nosotros mismos.
A decir verdad, resulta totalmente decepcionante que: No sea la convicción, sino la obligación la que dirija la lucha por la conservación del planeta
Por favor, el bien que hagamos a la tierra, no equivale a bienestar para unos cuantos, equivale a bienestar para todos, incluyendo, indudablemente a las futuras generaciones. Por tal razón, aunque ya hemos causado mucho daño al planeta, denominando basura a lo reutilizable. Ha llegado el momento de hacer consciencia y tomar cartas en el asunto.
Estimados amigos, es erróneo pensar que… El bienestar, tanto nuestro, como de los ciudadanos del mañana, depende exclusivamente de aspectos como: Una elevada preparación académica, un nivel económico x, o peor aún, poseer este u otro apellido. No, no es así, una buena calidad de vida, va más allá, radica en vivir en un ambiente sano, en un ambiente libre de contaminación.
De ahí que: Si verdaderamente soñamos con un futuro mejor para todos, no esperemos a que se apruebe una ley, para efectuar algo, no actuemos por obligación, actuemos por convicción.