Fortalezcamos nuestras tradiciones sin caer en el doloroso error del desperdicio!!!!.

No cabe duda alguna de que lo que a cada país le otorga identidad a nivel mundial son sus tradiciones, como por ejemplo: Argentina se identifica con el famosísimo tango y el mate, México con sus inconfundibles charros y el tequila, ah… Y claro que nuestra querida Costa Rica no debe quedar por fuera, los costarricenses nos identificamos con nuestro… Pura vida!!! Y nuestro gallo pinto.

Sin embargo, vale destacar que: Ni la comida, ni la música, ni las bebidas o las expresiones conforman los únicos aspectos que brindan identificación a una nación, existen una gran variedad, reitero, los anteriores constituyen solamente unos cuantos ejemplos.

Es de suma importancia que luchemos por conservar y fortalecer todo aquello que nos convierte en oriundos de una determinada patria, procurando que eso que nos define como tal, esté encabezado por una alta cantidad de principios que nos enriquecen culturalmente y nos forjan dignos de sobresalir como ciudadanos ejemplares debido a la amplia cantidad de valores que poseemos e intentando jamás sobresalir a causa de la violencia, el vandalismo o peor aún el desperdicio de algo tan valioso como lo son los alimentos.

Resulta inaceptable, incomprensible, inmadura, inconsciente e incluso repulsiva la actitud de quienes promueven tradiciones tan… perdónenme por la expresión pero… tradiciones tan tontas, que lo único que logran es incitar a la violencia y al desperdicio, tal cual es la tomatina o guerra de tomates, tradición que dicho sea de paso no es originalmente costarricense, proviene de Buñol, España, surgió a raíz de actos vandálicos, en ese país europeo se celebra una vez por año, exactamente en el mes de agosto, el último miércoles.

Tal práctica, para el infortunio de quienes menos tienen está siendo desgraciadamente imitada por unos cuantos costarricenses, dentro de los cuales indudable y afortunadamente no me incluyo, por supuesto, acá se celebra en una fecha distinta a la de España pero es igualmente inadmisible.

Realmente me encuentro en un estado de descomunal confusión, por un lado me canso de escuchar a la gente quejarse por lo caro que está todo, todos los días al caminar por la ciudad se escucha decir muchas veces: “ Todo está carísimo”, “ el dinero ya no alcanza para nada”, y por otro lado están quienes desechan alimentos, digo que me encuentro en un estado de descomunal confusión no porque precisamente así lo sea, simplemente es una forma de expresar que no comprendo, no comprendo… Cómo existen personas que tienen la audacia de botar comida sin el más mínimo grado de piedad?, por Dios, qué les pasa específicamente a los vecinos de la comunidad de Sarchí?, por qué están copiando una irreverente actividad popular europea?

Por favor señores, es el momento de caer en razón, por difícil que sea aceptarlo, existen millones de seres humanos a nivel mundial que amargamente mueren a diario a causa del hambre, dentro de esta gigantesca cantidad de personas que fallecen a consecuencia del hambre en su mayoría son niños, no creen que ese es suficiente motivo para abandonar de una vez por todas la práctica de la que reitero es una irreverente actividad popular de origen europeo. Quieren saber cuantos kilos de tomate son lanzados a la basura a raíz de estas funestas celebraciones?, bueno, nada más y nada menos que… Poco más de 4000 kilos, doloroso cierto?, verdad que a nadie le gustaría sufrir junto a su familia debido a que no hay que comer?, verdad que a nadie le gustaría ver a los hijos llorar a consecuencia de un insoportable dolor de estómago ya que no cuentan con que saciar su hambre?, y… Mucho menos a nadie le gustaría ver a sus hijos u otro ser querido morir por esta misma causa!!!!!.

Bueno, espero que este artículo sirva como motivación para un cambio de actitud, estimulación para impulsar tradiciones efectivamente enriquecedoras culturalmente, impregnadas de un alto número de principios, principios dignos de heredar a las futuras generaciones, y así evitar por todos los medios a nuestro alcance que la herencia sean actos dignos de una vergüenza universal.